Las propuestas de Sisley, sea la temporada que sea, no puede decirse que pequen de ser obsoletas, antiguas y poco innovadoras. No se trata de una firma que destaque tampoco por sus diseños irreverentes y sus burlas en el mundo de la moda. En el punto medio está la virtud y esa es la definición más precisa que se le puede dar a su nueva colección.
No es común atreverse con paletas cromáticas tan llamativas a base de colores eléctricos cerca del invierno, ni tampoco las mezclas de materiales haciendo patchwork con el punto, el terciopelo, el satén o el cuero. Pero… ¿quién dijo que Sisley era una firma común?
Empezamos con los colores llamativos. Los acabados eléctricos y satinados son un acierto, bajo un punto de vista, si somos amante de lo glitter y de lo poco discreto. Aun así, las opciones combinables con blazer negro, pantalones pitillo y zapatos fiesta, son algo a tener en cuenta. Y no, no me refiero a Halloween.
Las opciones para los trenchs son algo más corrientes pero sin dejarnos de sorprender. El estilo navy, con chaquetas cruzadas y botonadura doble, contrasta con los abrigos tres cuartos en color camel y cierre en hebilla. Corte recto, ajustado al cuerpo y sin mucho motivo ornamental. Se agradece la sencillez.
En matería de sastrería encontramos opciones muy diferenciadas: desde los trajes dos piezas en tono gris marengo en los que la camisa y la corbata son los puntos fuertes y contrastantes del conjunto, hasta piezas más vintage en tartán o cuadro de gales oscuro con cuello cisne en el punto, que harán las delicias de los amantes del estilo british.
Por último, opciones en punto que contemplan los jerseys de ochos y los cardigans, o bien un punto más fino y colorido para los jerseys que se combinarán con denim o bien con chinos. Mucha variedad, amplitud en los registros y calidad más que aceptable. Aprueba y con nota.
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